4-11-13
Queridas señoritas en la flor de la vida:
Si os encontráis dentro del grupo de mujeres sin pareja, ni
amigos especiales, ni tipos con los que combatir el frío del invierno que se
acerca, permitidme que os regale un consejo.
No perdáis el tiempo con los chicos de vuestra edad.
Vosotras ya sois mujeres, pero ellos aún se encuentran mentalmente en plena
pubertad. No os interesa aguantar el comportamiento infantil de un niño en el
cuerpo de un adulto para conseguir algún revolcón ocasional.
Si de verdad os apetece tener una pareja, buscad entre las
filas de los mayores de treinta. Sí, ya sé que de primeras os dará reparo pensar
en “señores mayores” como objeto de cualquier relación, pero son todo ventajas.
Eso sí, elegid con un poco de ojo. Arrimaros a uno que no
esté en la división de “border line”, sin trastornos obsesivos compulsivos e
independiente. Si vive con sus padres, ni los buenos días, corred.
Con un treintañero normal, del montón, disfrutaréis de
algunas ventajas que los niñatos de veinte no podrán ofreceros:
Coche propio. Será un utilitario, normalito, no esperéis un
BMW 530, pero al menos será suyo. No os tocará pasearos en un coche familiar,
que papá le ha prestado al jovencito, solamente hasta las 12, con una enorme L
en la parte de atrás. Si os ve alguna “amiga” perra de esas que lo larga todo,
la humillación está asegurada.
Casa propia. De alquiler, 45 metros cuadrados, sin
lujos y posiblemente no muy ordenada. Pero no habrá que esperar a que vuestros
padres se vayan a cenar con unos amigos o de fin de semana al pueblo para poder
tener un rato romántico o de sexo salvaje (cuestión de gustos o de ganas).
Además evitas el estrés de que la puerta se abra de repente porque papá y mamá
volvieron antes de lo previsto y os pillan jugando a los médicos en su cama.
Breve, pero relajado.
Tienen trabajo. Hoy en día no es tan fácil como hace unos
años, pero lo primero que os dije es que hay que ser selectivas, hacer un
casting antes de decidirse. Porque no esta mal cenar de vez en cuando en un
restaurante de verdad, con cubiertos de verdad, copas de verdad, camareros y
comida de verdad. Es alimentarse igualmente, pero de otra manera más agradable
que en MacAuto.
Además no será solamente bueno para vosotras, llevaréis la
felicidad a un tipo que ya no esperaba poder pasearse del brazo de una mujer
más joven, guapa y turgente que todas sus ex. Sus amigos, casados y padres de
familia, que le miraban con ese gesto de preocupación por su soltería, por no
tener la vida resuelta como ellos, empezarán a mirarle de otra forma: se llama
envidia.
Por supuesto, no os digo que esta sea una relación para toda
la vida, que encontraréis a vuestra “media naranja”, nada de eso. Ellos son
conscientes de que no durara eternamente, no se sentirán engañados el día que
abandonéis su cama. Ni siquiera os pedirán fidelidad, sólo compañía.
Será una experiencia distinta para vosotras, incluso puede
que divertida, mientras el chico que siempre os ha gustado madure y se le pueda
considerar una opción real. Y lo mismo si estudiáis geriatría os convaliden
como prácticas.
P.D.: Que el que os escribe esté a punto de cumplir 37, se
encuentre incomprensiblemente soltero y cumpla los requisitos, no ha motivado
esta carta.
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