martes, 10 de julio de 2012

Bankias

Que rabia me da ser un ciudadano raso, de los que no manejan conceptos de Alta Política ni Macroeconomía. Si fuera así, seguro que podía entender lo de Bankia. Sin embargo, no entiendo nada.
Resulta que todo era al revés de lo que nos habían contado los grandes estadistas, los gurús de la Economía.
El problema de las cajas, no se solucionaba juntándolas a todas, sino que lo que se conseguía era convertir problemas pequeños en un problema gordo. Supongo que tampoco ayudaba que todas ellas tuvieran directivos ineptos, que tras una brillante gestión dejando como legado un agujero de miles de millones de euros, recibían como premio a su excelente trabajo, una jubilación de 14.2 millones de euros.
Ya se sabe que cuando uno se jubila, hay que apretar el presupuesto y una ayudita nunca viene mal. Aunque esa ayudita la tenga que dar el Estado, o sea todos los contribuyentes, por que en la caja fuerte no queda ni un céntimo.
Yo creo que con haberles regalado un reloj bañado en oro o una placa con el lema “como gratitud a sus brillantes servicios, nunca le olvidaremos”, hubiera sido suficiente.
Porque parece que lo de pedirles responsabilidades penales no va a ser, como que está feo.
Por suerte contamos con una inestimable ayuda, nuestros representantes, los garantes de nuestros derechos, a los que votamos para que trabajen por el bien común: los políticos.
No entiendo que se tome esa postura tan fácil, tan demagógica con ellos de “todos los políticos son iguales”. Pues no, los hay aún peores.
Mi ignorancia me impide comprender como políticos de IU, la voz del pueblo, que claman contra el capitalismo feroz que nos somete, formaban parte de esos Consejos de Administración, en los que muchos admiten que cobraban por firmar papeles en plan “total, si esto no será nada importante”. 
El PSOE, martillo del gobierno, que han pedido explicaciones ante la gestión lamentable del PP, ya no quería una investigación parlamentaria cuando se supo entre los imputados había algunos compis.
Desde el propio gobierno, que tanto habló de corrupción (que la había) cuando estaba en la oposición, como salen en los papeles Rato y Acebes, ahora dicen “hombre, vamos a ver, no nos precipitemos, lo mismo pusieron un cero de más en la calculadora sin querer, que a todo el mundo le pasa”.
Sin olvidarme de los sindicalistas, los adalides de los trabajadores (de los parados tengo mis dudas), que también se pidieron sillones chulos de esos de los bancos, todos en los que pudieron sentarse, como en el juego de las sillas musicales, pero aquí nadie pierde, todos encuentran donde aposentarse y ya no se levantan, hasta que suena “¿Cómo están ustedeeeees?, Imputados!!!”.
Todos tienen señores con su carnet imputados y todos nos piden “compresión y paciencia”. Todos nos dicen que los malos son los demás, que ellos son los únicos que se preocupan por nosotros. Pero han dejado claro que tienen algo en común: solamente se preocupan por ellos mismos.
Eso pienso yo, pero seguro que me equivoco. Que pena ser tan ignorante.

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