miércoles, 11 de julio de 2012

La Trituradora

Puedo hacer esta promesa con toda tranquilidad, porque nunca se hará realidad. Si un día soy famoso, no ficharé por Tele5.
A pesar de su excelente programación, diversa, sensible, familiar, entrañable. Sus productos de calidad, de cuidada producción, con profesionales preparados, de intachable ética. Su implicación social y humana. Su desinterés absoluto por la audiencia, quiero decir por los datos de audiencia, claro.
Pero es que es una cadena un poquitín gafe.
Solamente así se puede entender lo que le está pasando a esa gran presentadora, actriz, modelo y mujer cañón: Pilar Rubio.
No es normal que después de su excelente trayectoria en la Sexta, donde demostró que no era un reclamo cárnico (lo de ser varias veces la mujer más deseada de España en FHM es algo casual, sin relación con los modelos con los que aparecía en pantalla), que auguraba una carrera meteórica hasta llegar a lo más alto, ser la nueva Ana Rosa Quintana, o aún más allá,  la nueva Maria teresa Campos, atraviese unos momentos tan difíciles.
Ella no tuvo la culpa de que Operación Triunfo no resultase todo lo bien que se podía esperar. Desplegó todo su desparpajo, su naturalidad, sus tablas ante las cámaras. Los chicos demostraron estar dotados de un gran talento, al nivel de Bisbal o Rosa (aprovecho para decir que el nuevo look de Rosa, me parece divino y su último disco, incomparable, exitazo fijo, de 700 copias no baja).
Piratas era una excelente serie. Un argumento nuevo, original, actores en su madurez interpretativa, bordando sus papeles con una exhibición de contención y escenas de acción que no tienen nada que envidiar a los grandes estudios de Hollywood. Pilar estaba espléndida, incluso cuando salía vestida, nunca se vio una pirata igual.
Su última desilusión, Todo el Mundo es Bueno, cumplía todos los requisitos para convertirse en la alegría del verano. Gente humillándose por dinero, un público ávido de sangre y José Corbacho. Una copia de Tú sí que Vales, que es un éxito contrastado. Sin embargo, a las 3 semanas lo han cancelado.
En resumen, que no, que me niego, aunque me ofrezcan un cheque en blanco, una cena íntima con todas las Mama Chicho y el teléfono del cirujano plástico de Berlusconi. Yo no voy.

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