viernes, 20 de julio de 2012

Grandes amigos de los ciudadanos. Bancos

El gran sueño de cualquier adulto, lo que le convierte realmente en tal, es independizarse. Y en este nuestro país, eso significa comprarse un piso.
Gracias a Dios, es una tarea sencilla y placentera, porque hemos sido bendecidos con las entidades financieras.
Cuando te presentas en una sucursal, sea del banco que sea, cargado de proyectos y sueños, ellos, como un buen padre, te devuelven al mundo real, con sus hipotecas de 35 años y sus cláusulas leoninas, esas de letra pequeñita que tantas alegrías proporcionan. Pero para que no sea tan duro el trago, lo adornan con alguna mentira piadosa como “No importa que con tu sueldo no sea suficiente para cumplir nuestras exigencias abusivas, tus padres firman este avalcito, que no es nada, una tontería y todo solucionado. No te preocupes, porque a ellos esto no les afecta, no se van ni a enterar”.
Hasta que un día aciago a tu pareja y a ti, por esos avatares del destino, os despiden, con lo que no podéis hacer frente a los 32 años que aún os quedan de hipoteca.
Entonces vuestro amigo el banco, no es tan guay, tan comprensivo, es más padre: “jovencitos, si no podíais hacer frente a una hipoteca de 300 mil euros por un pisito de 60 metros y 2 plazas de garaje, no tendríais que haberos comprometido, aunque os dijéramos que lo hicierais. Los adultos deben cumplir sus compromisos”. Por mucho que pidan, supliquen, lloren, el banco es inflexible, por su bien claro. Hablando de padres, a ellos también les toca afrontar las consecuencias, responder con su casa.
Porque esa idea loca que mantienen todos esos rojos, la “dación en pago”, no es una opción. Que la deuda que tienes con el banco por tu casa, la liquides devolviéndoles la casa, sin tener que seguir pagando la hipoteca de una casa que ya no disfrutas, es una estupidez. Todo el mundo sabe, que una casa no vale nada.
Pero llega un día en que los bancos, por su excelente gestión y transparencia quiebran. Entonces van a pedir ayuda a papa Estado y este les dice “ya sois mayores para saber que los adultos deben hacer frente a sus acciones, no podéis pretender que después de una gestión inepta y posiblemente ilegal, os ayude con el dinero de toda esa gente a la que le sacáis la sangre, no, no, no”. Los bancos dicen “vale, que si papa, que soy un desastre, pero afloja la pasta, que nuestros consejeros se tienen que jubilar y estamos tiesos”. Y papa Estado que es muy blando, les da su paga.
¿Aprenden la lección?. Por supuesto que no. ¿Utilizan ese dinero para ayudar a reactivar el crédito?. Ni de coña. Dejan de dar créditos a todas esas personas que aspiran a cumplir su sueño, para dárselo a sobrinos, primos, hijos y familiares de los directivos o como regalo millonario de jubilación.
Pensar que hay gente que os critica, os tacha de usureros y mentirosos. Desagradecidos.

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