lunes, 12 de marzo de 2012

Estoy hecho un zascandil

Si fueras mujer y una noche me conocieras en una fiesta, quizá podrías sentir interés por conocerme. Empezaríamos con una conversación protocolaria, sobre gustos y aficiones, llegando a "dime tu libro y tu película favorita", cuya respuesta sería "mi libro, Cumbres Borrascosas y película, Tierras de Penumbra", con lo que rápidamente entenderías que el adjetivo "alegre" no es el más adecuado para definirme. Aunque probablemente no llegaríamos a tener esa conversación, porque alguno de mis "amigos" te habría contado eso y cosas peores de mí antes de que pudiéramos hablar. Son los mismos que después me dicen "no entiendo como estás soltero, con la de cosas que tienes para ofrecer".

Así que entenderéis que no tenga espíritu viajero. Esta mañana un compañero me ha preguntado, "¿qué has hecho este finde?", "he ido a Londres al concierto de Vetusta Morla", "no, en serio, ¿qué has hecho?". Pero es cierto, gracias a esos amigos he hecho algo que solo nunca me hubiera planteado. Yo no quería, pero me insistieron con pasión y cariño, me hicieron ver que era indispensable (¿quién si no se encargaría de sujetar los bolsos y cigarros de las chicas mientras se hacen fotos con el resto de los chicos del grupo?).

Admito que me ha gustado mucho Londres. Los ingleses son gente agradable, pero raros.

Son parte de Europa, pero tienen su propia moneda, con mayor valor que el Euro claro. Te cobran por todo, hay tornos hasta en los baños públicos. Conducen por le lado contrario al resto, no por que se crean mejores, sino para que todo el que vaya a su país pensando en quedarse un tiempo, tenga que comprar un coche de fabricación nacional. Esto se llama visión de mercado.

Sin embargo, a esa visión comercial se les escapó uno de los ámbitos económicos más importantes: el sector hostelero. Si un inglés emprendedor pensara "tengo la idea perfecta para un negocio, me iré fuera y montaré un restaurante de comida típica inglesa, me voy a forrar", no podría, porque no tienen de eso. Bueno, tienen el "Fish and Chips", pero la "tosta de trozo de pescado frito con patatas grasientas sobre lecho tibio de periódico del día", no parece un producto muy exótico.

Aunque nosotros nos creamos modernos y multiculturales por tener Lavapiés y la Latina, Londres parece un enorme Lavapiés, donde todo el mundo se mezcla y nadie se siente diferente. Pero a pesar de su modernidad, tienen una auténtica pasión por la moqueta, elemento casero que en nuestro país solamente podría verse hoy en día en un capítulo de la Primera Temporada de "Cuéntame".

Londres es la ciudad del mundo con más estadios de fútbol por metro cuadrado y después de dos días dando vueltas por toda la ciudad, no he podido ver uno ni siquiera de lejos. Mucho Abadía de Westminster, Big Ben y Trafalgar Square, pero nada de Stamford Bridge o White Hart Lane.

Pero sí, es una ciudad interesante que merece la pena conocer. Seguro que volveré, si mis amigos necesitan a alguien que les lleve las maletas.

2 comentarios:

  1. Jajaja me ha encantado tu texto, sobre todo el primer párrafo!

    Yo también estuve en Vetusta ya que estoy viviendo en London.. Me alegro que te gustara! =)

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    1. Hola!

      Muchas gracias, me alegro que te haya gustado, aunque el primer párrafo sea totalmente autobiográfico y doloroso a nivel personal.

      Disfruté mucho del concierto, me parecen aun mejores que cuando los ví en el Circo Price.

      Espero que nos vayamos leyendo.

      Saludos!!

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