miércoles, 28 de marzo de 2012

Para ser Pretty Woman hay que tener un buen chulo

Aunque no me caracterizo por ser una persona soñadora, admito que cuando empecé con los monólogos hace más de 3 años, tenía la fantasía de triunfar, entendiendo este verbo como salir en la tele, ser más o menos famoso y acabar ganándome la vida con ello, sin madrugar, trabajando de noche, llevando una vida golfa de artista y tener una cuenta corriente, al menos aseada.
Pensé que este sería un mundo de buen rollo, toda esa gente que se sube a un escenario para hacer reír a los demás, por fuerza cualquiera que intentara entrar, sería recibido con los brazos abiertos, por gente amable, simpática y natural, trabajaría con un grupo de colegas y diría en todas las entrevistas “me pagan por pasarlo bien, soy un privilegiado”.
Pero me equivoqué, es solamente un negocio como otro cualquiera, ocupado por empresas, cuyo único objetivo es conseguir beneficios, los máximos beneficios. Y en este caso es un monopolio, si quieres ser un fulana de lujo de los escenarios, tu chulo será Paramount. Si no llevas su sello o al menos el de “amigo de”, solamente podrás actuar en unas poquitas salas en las que sacarte un ingreso extra que añadir a tu sueldo de administrativo.
Las grandes salas como la Chocita del Loro, se comportan como cualquier empresa, te piden un curriculum (para hacer monólogos, no para servir bebidas o trabajar de contable)  y luego pasan de él. Eso sí, se nota que están en el sector del espectáculo, porque lo hacen con más gracia que cualquier empresa del sector servicios. Primero te dicen “llama a este teléfono y habla con la encargada”, como crees que lo dicen en serio, llamas y después de 6 llamadas, hablas con la encargada, que te dice “ya miro tus videos en youtube y te llamo”, pero no llama, que divertido. Un mes después te dicen (otra persona porque la encargada ya no se pone), “mándanos un DVD y tu curriculum y ya te llamamos” (otro curriculum, deben hacer colección o los utilizan para calzar  las mesas cojas). Por supuesto lo mandas, pero pasan los meses y nada. Así que un día vas al  local,  pensando que al menos tendrán la delicadeza de decirte que no en persona, pero una camarera superborde desde la puerta te dice “la encargada está muy ocupada (debe tener poderes mutantes para saberlo sin preguntarle u órdenes de decir eso a todos los donnadie que van a su prestigioso local)  y si no te llaman es que está todo completo” (¿pero completo de momento o completo hasta el 2123?).
El resto de locales, restaurantes y similares de su franquicia siguen el mismo procedimiento, te ignoran, no contestan a tus mails, ni siquiera para decirte “das asco, antes que contratarte a ti, llevaríamos un show de Arévalo de 4 horas diarias”, igual que en las redes sociales, hasta que un día pones un comentario en su página, mostrando tu disgusto por su comportamiento (siempre con educación, algunos pensamos que humor no es pasarse 30 minutos diciendo, polla, mamada, puta y otras expresiones de la misma sutileza), casualmente 5 minutos después (5 minutos y 2 meses después de tu primer mail), responden diciendo “que claro que habían tenido en cuenta tu petición, pero desgraciadamente ese tema no lo llevan ellos, sino una empresa que se lo gestiona”.
Claro que mandé un DVD y mi curriculum a Paramount,  como todos, esperando que me admitieran en su seno hace varios meses, pero supongo que era tan malo el material que no merecía ni siquiera una respuesta. Sus grandes estrellas no responden a mis tuits, normal, con tantos miles de seguidores, aunque si les pregunto por una de sus actuaciones, entonces si tienen tiempo para bajar de su de trono dorado y contestarme al instante.
Llevo años escuchando a bastante gente, y sé que algunos de ellos son sinceros porque cuando no les gusta me lo dicen también, que les gustan mis monólogos, que les gustaría ver más, que me dicen que mande mis vídeos a Paramount que seguro que me fichan, que no entienden como no estoy en ese mundo, teniendo en cuenta el nivel de algunos de los que sí están. En algunos casos, no es una cuestión de talento, sino de quién es tu representante, como con los futbolistas.
Soy realista, no me considero un genio, posiblemente no doy el nivel para codearme con la nobleza del humor , no pasaré de artistita de salas pequeñas (pero muy dignas), no saldré en el Club de la Comedia, no tendré programa propio de éxito, ni podré ser la imagen de la próxima campaña del PSOE.
Entiendo que me rechacen, pero no acepto que me tomen el pelo.

3 comentarios:

  1. No siempre el talento se reconoce. En este mundo más vale tener dinero y enchufe que aptitud para hacer algo. Qué quieres que te diga, yo prefiero valer para lo que me gusta hacer, a que me paguen una millonada y que no valga nada lo que hago. Sí, tener dinero mola, y más si es mucho, pero no creo que dé la felicidad :)

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  2. Muchas gracias a las dos por vuestros comentarios, son muy importantes para mí, me demostráis cariño y apoyo. Esos sí son valores importantes, que aumentan la felicidad, ese es el éxito que me interesa, contar con personas tan especiales como vosotras

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