viernes, 23 de marzo de 2012

Parejas

Todos los solteros, utilizamos siempre un mantra defensivo, especialmente cuando nos vemos rodeados de parejas felices: “no me cambiaba por ninguno de vosotros, ya os gustaría tener mi libertad, yo no tengo que pedirle permiso a nadie, hago siempre lo que quiero”. Y es cierto, un soltero hace siempre lo que le da la gana, solo.
Así que me quito la careta y admito que en muchas ocasiones envidio a las parejas, aunque en otras, menos, sí que me alegro de no estar en su pellejo, es que soy muy sensible y las discusiones me afectan mucho.
Y si les envidio en algo, es principalmente en su complementariedad. No creo en eso de la media naranja, del alma gemela, me parece demasiado melodramático y muy restrictivo, si la encuentras, sabes en el fondo de tu alma que es ella y la pierdes, significa que el resto de tu vida serás desgraciado porque no tienes más oportunidades, tu tren se escapó y ya no pasará ninguno más por la estación. Demasiado rollo Crepúsculo para mi gusto.
Pero sí creo en ese equilibrio, que es la base de la pareja, que la balanza esté siempre lo más cerca posible del centro, que siempre sean “nosotros”, más que “tú” o “yo”. Eso es solamente posible con mucha flexibilidad y capacidad de adaptación. No conozco ninguna pareja en la que las dos personas coincidan en todo, gustos, aficiones, manías, tendencia política. Si conocéis alguna pareja así, desconfiad, lo más seguro es que sean los primeros en separarse, porque era mentira y su perfección era un engaño o porque acaben cansados de no tener una sola conversación en la que no estén de acuerdo, que debe ser aburridísimo, con lo interesante que es el debate, sobre todo cuando ganas.
Como decía, todas esas parejas se basan en complementarse. Si a uno le gusta el fútbol y los videojuegos, a otro le gusta la fotografía, así que mientras uno se pasa el Uncharted 2 o sufre con su equipo, el otro edita unas fotos que todo el mundo admira. Si a uno le gusta Bustamante y a otro le gusta Sabina, van juntos a los conciertos, incluso hacen cola para que el otro se haga una foto con su cantante favorito que después colgará en su perfil de Facebook o Twitter. Después de varios conciertos, acaban pensando que, aunque se siguen quedando con el suyo, el otro es mejor de lo que pensaban antes, hasta se aprenden alguna canción, cosa que negarán en público por supuesto. A lo que hay que sumar las cosas que sí comparten y disfrutan con la misma intensidad, como la música indie española o el Real Murcia C.F..
Para los hombres con pareja que a veces, cuando vuestras “mujeres” no están delante y nos decís cuanto nos envidiáis, no cuela. Tened en cuenta, que el tiempo que compartís con ellas, nosotros los solteros libres como el viento, lo dedicamos a consumir pornografía (este consumo no se limita a los 45 segundos de visionado, hay que sumarle las horas de descarga, de selección de filmografía para cada sesión, de revisión y depuración de listados, abastecimiento de papel higiénico).
Cualquier momento con ellas, merece más la pena para vosotros, aunque os cueste decírselo. Y para las escenas X, la práctica es siempre mucho mejor que la teoría.

2 comentarios:

  1. Una pareja Bustamante - Sabina no puede funcionar nunca!! jajajajaja

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    1. Pues funciona, va para seis años si no me equivoco y los dos son muy buena gente.

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