martes, 3 de enero de 2012

Carta a sus Majestades los Reyes de Oriente (los de aquí ya tienen bastante con lo suyo)

Queridísimas majestades:

Creo que este año no me he portado demasiado mal y sabéis que desde mi más tierna infancia os he sido fiel. Nunca abracé al señor gordo del trineo, ese invento de los capitalistas americanos, como Hallowen, Burger King y Mc Donnald, a los que siempre he rechazado. Es cierto que en mi familia hay elementos nocivos, que trataron de imponer esa tradición tan ajena a nuestro país, aprovechando que mi hermano era pequeño y fácilmente manipulable, pero yo, como español, solamente fingía quererle, en el fondo repudiaba al rojo bonachón (todos los rojos acaban dando problemas).

Por ello quiero pediros solamente un deseo, no para este año, sino para el que viene: que os puláis la Navidad.

Podéis hacerlo como queráis, eliminar esas dos semanas del calendario con vuestros poderes mágicos, poner partidos de fútbol todos los días para que los hombres no vean diferencia con el resto del año, que todos engordemos 50 kilos con solo oler un asado o ver un plato de entremeses, lo que sea.

Pero que no haya más atascos kilométricos sin sentido un jueves a las 9 de la noche, en una zona de 4 carriles de la M-30, que desaparece por arte de magia después de 30 minutos de entrañable espera, como si fuera un Expediente X. Que las calles no se llenen de conductores estúpidos (incluido yo), que el día 21 de diciembre sufren una amnesia temporal, olvidando todas las normas de circulación, incapaces de recordar que el semáforo en verde para los coches significa "pasar", no "me voy a quedar aquí tranquilamente parado mientras cientos de personas enfurecidas me pitan y me dicen cosas que serían delito en algunos países y justo cuando esté en ámbar arranco, dejando a los demás comiéndose el semáforo en rojo".

No más parkines de centros comerciales petados con cientos de coches dando vueltas alrededor suyo esperando encontrar un hueco durante horas, como buitres en pleno desierto. Buitres que se pelean con otros buitres por uno de esos huecos y acaban en comisaría con denuncias múltiples por agresión y escándalo público, algo típico en esta fechas en las que se declara el amor y la unidad de todos los hombres, sin importar su credo, su raza, su partido político e incluso su equipo de fútbol. ¿ Es qué hay algo más importante en esta vida que un sitio para aparcar, no es algo por lo que dar la vida si fuera necesario?.

Que desaparezcan los centros comerciales con cien mil millones de personas, que en algún momento pensaron que el 29 de diciembre a las 8, era la mejor hora y el mejor día para ir a comprar los regalos y que una idea tan genial e innovadora no se le ocurriría a nadie más. Nunca más, experimentar en primera persona lo que sienten los japoneses cada día cuando se montan en el metro o los indios (de la India) cuando tienen que coger el tren para hacerse un viajecito de 13 o 14 horas, que es más o menos lo que tardas en recorrer un pasillo kilométrico para poder llegar a la tienda que buscabas y descubrir que el muñequito Pinpón que hace pipí y hace popó (último modelo con heces reales), se agotó hace un mes, porque otros cien mil millones de personas tuvieron una idea aún más genial que la tuya: comprar los reyes en Noviembre "y al que no le guste el regalo, que se joda como yo, que estoy harto de putos jerseys de rombos y me aguanto", otro de los paradigmas del Espíritu Navideño.

Ni una cena, comida, merienda, aperitivo o desayuno familiar, donde el objetivo es comer más jamón, marisco o lo que sea que tus primos, aunque eso suponga que te suban todos los niveles orgánicos recomendables y el día 9 de enero, los Endocrinos tengan que hacer horas extras para atender a todos los pacientes que entran en la consulta diciendo, "este año creo que me he pasado un poco con la comida, me voy a tener que poner a dieta, pero vamos que más que por gula lo mio es un problema del metabolismo, no vaya a creer que como igual que un cerdo, yo el resto del año como sanísimo, de los 120 kilos no paso".

Que no volvamos a recibir ni un solo mensajito, MMS, vídeo, wasup (o como se diga) que reflejen la enorme creatividad e imaginación de la persona que lo manda y sobre todo su originalidad, pudiendo recibir el mismo de 20 personas distintas. ¿Es que os lo vais pasando como si fuera un porro u os fumáis un porro y como os parece genial, supercachondo, "tienes que verlo tronco, es la bomba" se lo mandáis a todos vuestros contactos?. Se acabaron para siempre jamás los perros, gatos, monos y sapos parlanchines con "asentos supergrasiosos"

Y sobre todo, ilustrísimas majestades, por nuestro soberano, Don Juan Carlos I, para que que no vuelva a hacer el discurso de Nochebuena, que ya no tiene edad para  pasar un rato tan malo, teniendo que hablar de honestidad e igualdad ante la ley por las travesurillas de algún yerno. Ustedes saben mejor que nadie, lo difícil que es ser monarca.

Muchas gracias y lleven buen camino



4 comentarios:

  1. Gracias Silvia por leerlo y que después todavía te queden ganas de comentarlo

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  2. Jajajaja!!! Es genial!!! Pues yo hoy tengo la innovadora idea de ir a cambiar los regalos... ¿a cuántos más se les habrá ocurrido? ya lo estoy temiendo...

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  3. Espero que no sean demasiados y puedas cambiarlos sin tener que enfrentarte a turbas enloquecidas y colas interminables. Y sobre todo que las personas que te atiendan lo hagan con la mayor de las dulzuras, y si es posible sin papas con niños poseídos por el espíritu del maligno

    Animo!!!

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